17/6/07

“Hay días en que amanezco muerto”


El pellizco recomienda el libro de un vecino, de un colega. El hombrecito dice que sus novela son de ‘culto’. Puede ser cierto, porque presté y presté ‘El rastro de Irene’ hasta que un día no volvió más. Le hago culto a su ausencia, no me queda de otra. La reseña, menos farragosa que el original, es de una que a la que no le pedí permiso para colgarla aquí, como todavía no he pillao el libro y no me consta que valga p’algo…dejemos que sea ella la que nos cante sus bondades.


Cristian Valencia le contó que en la calle corría el rumor de su muerte y James le contestó: “Todavía no es mi hora: pero hay días en que amanezco muerto”. De esa sentencia callejera nace el título del último libro de crónicas de Cristian Valencia, que se presentó en la Feria del Libro de Bogotá (…)
Podrían llamarse historias marginales, pero sería más justo llamarlas historias de oficios y de la calle. Valencia escogió a personajes como un payaso feliz, una recicladora, indigentes de El Cartucho y del centro para construir su libro. (…)
Estos relatos pretenden hacer ver al lector que entre esas personas que viven en la calle hay seres deslumbrantes, únicos, incluso sabios. Por ejemplo, James, un pastor viejo: “Era un hombre que sabía demasiado, aunque no lo suficientemente vistoso como para ser objeto de una película taquillera o un best-seller novelesco. Ignoro si James conoció el mar, pero se le notaba en la forma de mirar. Ignoro si fue a la isla de Creta, pero también se le notaba. Pastor viejo, James” (p. 98). O Richard, un hombre que llora leyendo las cartas que una madre que no es la suya le escribe a su hijo: “Estaba antojado de amor de madre, Richard. Pensando, quizá, que si su madre escribiera a lo mejor lo haría de esa manera; que, si ella supiera adónde mandarle cartas, serían así. Pensando en su propia madre a través de otro, Richard” (p. 106)…
“Cien horas entre la basura”: “Velocidad de crucero: 25 kms por hora aproximados; estado corporal: cansados; reporte del clima espiritual: cielo despejado y silencio en la larga noche bogotana, abrazados por los ecos de dos caballos galopantes” (p. 56)…
(Fragmentos de “Aguafuertes citadinas” por Ana María González Sanz en “Directo Bogotá” 17)

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...