26/7/07

A VECES SIGNIFICA ‘ESTO’ OTRAS ‘NO SE…’


La ambigüedad es una condición del lenguaje, nunca sabemos a ciencia cierta qué significa una palabra, cómo y para qué la decimos, porque las palabras no cambian tan rápido como las circunstancias que nombran y la mayoría de las veces una palabra es insuficiente para tanto acontecimiento -evidente y oscuro a la vez-. Los expertos en la ambigüedad, los que casan significados y acontecimientos, son en la mayoría de los casos juristas, no se trata de gramáticos, menos de literatos, son meros letrados que van por ahí cambiando el significado a cualquier cosa.
Siempre se les escucha decir “de aquí en adelante esta palabra significa…”. En este momento los impuestos que pagan los ciudadanos se invierten en cambiar el significado a una palabra: ‘sedición’. Según cualquier diccionario, y en códigos de diferentes países y épocas, esta palabra denomina la conducta de un grupo o persona que va en contra del estado, las fuerzas del orden y la constitución de un país. En esta enrarecida esquinita del continente ‘sedición’ puede tener muchos más significados, en una de sus inverosímiles versiones se intenta incluir a las conductas violentas y delictivas -de lesa humanidad- de ciertos grupos armados que jamás perjudicaron al estado y que fueron facilitadas -en su momento- por las fuerzas del orden y por los miembros de los poderes públicos (las condenas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo certifican, lo mismo que las indemnizaciones que el gobierno ha tenido que pagar y las investigaciones de la Corte Suprema).
Estamos ante un extraño cambio de significado, porque en la sedición que todos conocemos la parte afectada es el estado. En cambio, en el nuevo significado el estado no es el afectado, porque él mismo ha colaborado con la conducta delictiva y la única parte afectada son sus gobernados. Como ellos no son el Estado, han sufrido los efectos de esta ‘sedición’ en medio del abandono y la indiferencia, y siguen en esa misma situación. Con el nuevo significado jurídico estos delitos se ‘politizan’ para cobijar con benevolencia a los miembros del gobierno, a las fuerzas del orden y a los demás grupos que participaron de ellos.
En esta nueva ‘sedición’ los delitos provienen del mismo estado que por omisión o colaboración se implicó en ellos y busca, ahora, a toda costa, salvar su responsabilidad penal y la de sus aliados. Es la primera vez en la historia del derecho en que se va tipificar un delito de ‘sedición’ en que el estado es el responsable, cuando en cualquier jurisprudencia moderna es la parte afectada.
La paradoja es evidente, en esta ‘esquinita del sabor’ que nos ha tocado en suertes, la ‘sedición’ es un limbo histórico y legal en el que el Estado atenta contra sí mismo, intenta autodestruirse, pero lo único que consigue es celebrar un ‘holocausto caníbal’ con sus gobernados. Después aparece una ley en la que el responsable de la ‘sedición’ -el Estado autodestructivo y caníbal- se encarga de borrar el holocausto y enterrar en el olvido a sus victimas a punta de pobreza. Todo esto en pro de la paz que respira el país ¿Qué país es este?

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